lunes, 28 de diciembre de 2009

Propósitos

Típico de estas fechas, al final de año siempre hacemos un balance de lo bueno y malo, y de aquello pendiente, propósitos no cumplidos y que este año tampoco cumpliremos. Los propósitos solo son eso, porque este año tampoco voy a ir al gimnasio, tampoco me voy a poner a dieta y si fumara tampoco dejaría de fumar ( como no fumo, tengo suerte ). No pienso cumplirlos a pesar de que me los voy a proponer, como todos los años, entonces mi conciencia queda tranquila porque cada vez que hago algo que no debo sé que tengo una solución preparada en forma de propósito y que depende de mi ponerla en marcha aunque en realidad nunca lo haga.

Este año me rondan por la cabeza varios propósitos para el 2010, y hay uno en concreto que es especialmente importante para mi, es mucho más que un propósito es casi una obligación, y casi una espinita que si no lo consigo quedara clavada en la eternidad. Es una de esas obligaciones que te impones, lo que para los demás es algo sencillo y fácil, para ti supone un exceso. Lo has convertido en ansiedad y sufrimiento y ahora no puedes relajarte, no puedes ir despacio, tiene que ser ya, atreverte con todo como hacen los demás sin importar que quizá debas bajar la meta, si lo sé, es hora de dejar de buscar excusas, no puedo seguir engañándome tengo que decidirme, da igual lo mal que lo haga, da igual el rídiculo y lo inútil que soy, no importa todo eso, tengo que decidirme o lo hago o no, pero no puedo seguir posponiéndolo. Salir de mi letargo le pido a este año nuevo que entra, espabilar y si al final decido que no voy a hacerlo pues entonces ser capaz de nunca más pensar en ello y seguir mi vida sin eso, que también sé que se puede vivir sin ello, y que más dará lo que los demás piensen de mi.

Dificil decisión, no quiero meterme prisa, sospecho que en este 2010 seguiré dándole vueltas pero mi verdadero propósito consiste en que en 2011 no lo tenga pendiente como propósito. Ya os contaré. Feliz 2010!!!

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